Mantener la moral alta y las ganas de trabajar es vital para un buen desempeño de las labores. Para ello, podemos implementar sistemas de motivación para los empleados.
Hemos visto que hay algunas actividades que podemos realizar, desde nuestros escritorios de trabajo, para elevar los humores y la moral en la oficina. Esto, a su vez, logrará elevar la motivación y la productividad laboral. Sin embargo, hay algunos otros incentivos que podemos general desde la jefatura o los cargos superiores, sin causar caos ni desorden, sin tomar un nivel laboral menor al que poseemos, pero ideales para fomentar la productividad. Se trata de actividades lúdicas y competitivas, adecuadas para cualquier oficina.
Crear un sistema que promueva el compañerismo, la diversión y la productividad, es justamente la meta a alcanzar. Todo dependerá del tipo de labores realizadas, y de la composición del plantel laboral en esa oficina. Por ejemplo, se puede crear actividades mensuales de competencia saludable por volúmenes de venta o por metas alcanzadas.
Algo muy importante a considerar es que no se debe tratar de un sistema de premios y castigos, sino de premiaciones de varios tipos. Por ejemplo, si la empresa cuenta con un plantel de ventas significativo, podemos otorgar una premiación al mejor vendedor del mes. Este premio puede ser un incentivo financiero, o quizás un plan de días de descanso como recompensa.
Si, en cambio, se trata de una oficina más bien de labores administrativas, se puede crear otro sistema. Por ejemplo, una o dos veces al año, hacer una ceremonia de premiación, aprovechando incluso las festividades de fin de año. Aquí debemos ponernos un tanto creativos, pues debemos impulsar la motivación y, a la vez, que se trate de actividades que interesen al personal.
Algunas empresas optan por la elección del mejor compañero, del más productivo, del más gracioso y otras categorías, como las que se suelen dar en los años de la escuela primaria en algunas escuelas. Otras ideas implementadas son elegir al empleado del mes, en base a su desempeño, a su motivación, y a su proactividad.
Podemos designar un día al mes, o con más prolongada separación temporal, para establecer días recreativos. Si la empresa labora de lunes a sábados, tomemos un sábado al mes para crear un día de campo, una actividad deportiva, o un evento al que los empleados puedan asistir solos, en compañía de sus parejas, o con toda la familia.
Los días de campo de la empresa son una gran idea, aunque deben ser programados para un evento trimestral y no con mayor regularidad. Se trata de crear un día especial para elevar la motivación y no de algo que se perciba como cotidiano. En estas actividades podemos crear competencias de actividades de lo más variadas, como juegos de naipes, carreras, actividades creativas o una sesión de “diálogo con mímica” (charadas).
Mantener alta la moral de la oficina es posible, y es además sencillo cuando dedicamos sólo algunos momentos para el diseño de un plan interesante, creativo, y siempre divertido.